Día 95 y 96: Cada vez me controlo más

Sé que soy muy pesado cuando digo que cada día me sorprendo más a mí mismo, pero es que es la realidad.

Hace unos meses, nunca me habría imaginado que diría “No” a tantas cosas, y lo que es más sorprendente para mí, que apenas me costaría esfuerzo.

Ayer fue día de fiesta y me fui de barbacoa a casa de unos amigos. ¿Qué os puedo contar que no sepáis sobre las cosas que había para comer? Patatas fritas de bolsa, cacahuetes y derivados, latas de conservas, ensaladilla rusa, chuletas, salchichas, panceta …

¿Qué es lo que hice? Pues muy sencillo. Por la mañana, antes de ir a casa de estos amigos, me di un largo paseo de casi una hora, así eso que iba adelantando.

Una vez allí, hice lo siguiente:

  • Para beber, agua. Nada de cerveza o refrescos.
  • Había latas de mejillones en escabeche y berberechos. Piqué alguno, por supuesto sin acompañarlo de la típica patata de bolsa. Lo demás de aperitivo ni lo probé.
  • Para comer, me zampé una chuleta de cerdo, y me inflé a comer de una ensalada murciana que había preparado en casa (tomate, atún, huevo, cebolla y aceite de oliva).
  • Por supuesto, no comí nada de pan, ni postre ni el típico gin tonic de después de comer.

Vamos, que hice un día total de dieta, al fin y al cabo comí proteínas y verduras. Para el que se eche las manos a la cabeza por lo de la chuleta de cerdo (que siempre habrá alguien que lo hará), por favor, que reflexione sobre mi peso y estatura y piense qué puede hacer una chuleta de malo en mi cuerpo.

El hecho de que estoy a dieta ya no es un secreto entre mis amigos. Afortunadamente me respetan y me ayudan (aunque siempre hay algún pesado que intenta hacerte pecar, pero no me dejo llevar por la tentación).

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